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Si su hijo tiene llagas bucales

Su hijo tiene una llaga en la boca. Esto puede ser doloroso. Comer o beber puede resultar molesto. Sin embargo, por lo general, no es un problema grave. La mayoría de las llagas bucales pueden controlarse y tratarse fácilmente en el hogar.

Primer plano de una boca con un dedo que jala para abajo el labio inferior para mostrar un afta.
El afta es una úlcera bucal común, que suele ser blanca y tener un aspecto redondeado.

¿Cuáles son las causas de las llagas bucales?

  • Una lesión bucal

  • Ciertos virus y enfermedades

  • Estrés

  • Determinados medicamentos

¿Cuáles son los síntomas de las llagas bucales?

Las llagas bucales más comunes son las aftas. Suelen ser blancas con bordes rojos. Hay otros tipos de llagas bucales, que pueden ser blancas, rojas o amarillas. Su hijo puede tener una sola llaga. O podría tener más de una al mismo tiempo. Estos son algunos de los síntomas de las llagas bucales:

  • Dolor

  • Hinchazón

  • Sensibilidad al tacto

  • Enrojecimiento

  • Babeo

  • Fiebre o dolor de cabeza

  • Estar irritable

¿Es una llaga bucal o es herpes labial?

Si su hijo tiene una llaga en la parte exterior de la boca, es probable que se trate de un herpes labial. El herpes labial se puede transmitir por contacto directo. Posiblemente requiera un tratamiento distinto del que se usa para las llagas bucales. Si piensa que su hijo tiene herpes labial, consulte con el proveedor de atención médica del niño para obtener más información.

¿Cómo se diagnostican las llagas bucales?

Las llagas bucales se diagnostican por el aspecto que presentan. Para obtener más información, el proveedor de atención médica le hará preguntas sobre los síntomas y la historia clínica de su hijo. También examinará al niño. Le dirá si es necesario hacer alguna prueba.

¿Cómo se tratan las llagas bucales?

Las llagas bucales suelen desaparecer en un plazo de 7 a 14 días, sin tratamiento.

En su casa, puede hacer lo siguiente para aliviar los síntomas de su hijo:

  • Dele medicamentos de venta libre, como ibuprofeno o paracetamol, para tratar el dolor y la fiebre. No les dé ibuprofeno a bebés de 6 meses o menos. No les dé aspirinas a menores de 19 años, a menos que se lo indique el proveedor de atención médica del niño. Tomar aspirina puede hacer que el niño corra riesgo de padecer síndrome de Reye. Este es un trastorno poco frecuente, pero muy grave. Normalmente afecta el cerebro y el hígado.

  • Los líquidos fríos, el hielo o las paletas de jugo congelado pueden aliviar el dolor en la boca. No le dé alimentos picantes ni ácidos a su hijo.

  • Tomar un antiácido líquido 4 veces al día puede ayudar a aliviar el dolor. A los niños mayores de 6 años se les puede dar una cucharadita (5 ml) como enjuague bucal después de las comidas. Si el niño es pequeño, ponga antiácido en la llaga con un hisopo de algodón.

 Use los siguientes tratamientos solo si su hijo tiene más de  4 años:

  • Para aliviar el dolor, aplíquele una cantidad pequeña gel anestésico de venta libre. El gel puede producir un poco de ardor al aplicarse.

  • Dígale a su hijo que se enjuague la boca con agua con sal o con bicarbonato de sodio en agua tibia y que luego escupa el agua. No debe tragar estas mezclas.

Cuándo llamar al proveedor de atención médica

Llame al proveedor de atención médica ante cualquiera de los siguientes síntomas:

  • Una llaga bucal que no desaparece en  14 días

  • Más dolor en la boca

  • Dificultad para tragar

  • Signos de infección (pus, secreción o hinchazón) alrededor de una llaga bucal

  • Signos de deshidratación (orina muy oscura o escasa, sed excesiva, sequedad bucal, mareos)

  • Fiebre (consulte "La fiebre y los niños" a continuación)  

  • Convulsión provocada por la fiebre

La fiebre y los niños

Use un termómetro digital para tomar la temperatura de su hijo. No use un termómetro de mercurio. Hay termómetros digitales de distintos tipos y para usos diferentes. Por ejemplo:

  • En el recto (rectal). En los niños de menos de 3 años, la temperatura rectal es la más precisa.

  • En la frente (lóbulo temporal). Sirve para niños de 3 meses en adelante. Si un niño de menos de 3 meses tiene signos de estar enfermo, este tipo de termómetro se puede usar para una primera medición. Es posible que el proveedor quiera confirmar la fiebre tomando la temperatura rectal.

  • En el oído (timpánica). La temperatura en el oído es precisa a partir de los 6 meses de edad, no antes.

  • En la axila (axilar). Este es el método menos confiable, pero se puede usar para una primera medición a fin de revisar a un niño de cualquier edad que tiene signos de estar enfermo. Es posible que el proveedor quiera confirmar la fiebre tomando la temperatura rectal.

  • En la boca (oral). No use el termómetro en la boca de su hijo hasta que tenga al menos 4 años.

Use el termómetro rectal con cuidado. Siga las instrucciones del fabricante del producto para usarlo de forma adecuada. Colóquelo con cuidado. Etiquételo y asegúrese de no usarlo en la boca. Podría transmitir gérmenes de las heces. Si no se siente cómodo usando un termómetro rectal, pregunte al proveedor de atención médica qué otro tipo puede usar. Cuando hable con el proveedor de atención médica sobre la fiebre de su hijo, infórmele qué tipo de termómetro usó.

A continuación, encontrará valores de referencia que lo ayudarán a saber si su hijo tiene fiebre. Es posible que el proveedor de atención médica de su hijo le dé valores diferentes. Siga las instrucciones específicas que le dé el proveedor.

Medición de temperatura en un bebé menor de 3 meses:

  • Primero, pregunte al proveedor de atención médica de su hijo cómo debe tomarle la temperatura.

  • En el recto o en la frente: 100.4 °F (38 °C) o superior

  • En la axila: 99 °F (37.2 °C) o superior

Medición de temperatura en un niño de 3 a 36 meses (3 años):

  • En el recto, la frente o el oído: 102 °F (38.9 °C) o superior

  • En la axila: 101 °F (38.3 °C) o superior

Llame al proveedor de atención médica en los siguientes casos:

  • Picos de fiebre reiterados de 104 °F (40 °C) o superior en un niño de cualquier edad

  • Fiebre de 100.4 °F (38 °C) o superior en un bebé de menos de 3 meses

  • Fiebre que dura más de 24 horas en un niño menor de 2 años

  • Fiebre que dura 3 días en un niño de 2 años o más

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